8 de abril de 2008

La enseñanza a través del teatro

Alejandro Rodríguez Álvarez, más conocido como Alejandro Casona, fue y es uno de los más admirables dramaturgos contemporáneos. Desde sus comienzos sus exquisitas obras fueron muy bien recibidas por el público, siendo merecidamente galardonadas por la prensa española y mundial.

Comenzó sus andanzas como dramaturgo desde muy joven, ganando a los 33 años el reconocimiento de literatura dramática más importante de España, el premio Lope de Vega, por su extraordinaria obra titulada “La Sirena Varada”. Se convirtió así de la noche a la mañana en un autor reconocido en toda España y luego en el mundo.

Siendo ya un escritor exitoso se radicó en nuestra Buenos Aires donde escribió dos de sus más destacadas obras “Los árboles mueren de pie” y “La dama del Alba”, obras que giraban entorno al amor, dios y la muerte.

Un escritor es admirable porque tiene la capacidad de crear incondicionalmente tanto fantasías como realidades, pero Casona es más que sólo un escritor, es un hombre que nos ha demostrado en sus innumerables obras cómo la muerte no es el fin de la existencia humana y que somos lo que queremos ser, enseñándonos a buscar de la vida lo más bello.

Eso es un poeta: quién puede sumergirnos en una historia no tan lejana a la propia, aislándonos de nuestros problemas, pero a la vez dándonos lecciones de vida, a través de distintos recursos poéticos tales como las metáforas y las personificaciones (la dama del alba como la parca)

Así fue como conquistó a una prensa exigente y se ganó el corazón del público, coleccionando infinidad de elogios y acumulando.

A los 62 años muere en Madrid, cumplido su sueño de volver a España tras el exilio y habiendo alcanzado el reconocimiento universal que lo colocó entre los primeros dramaturgos de nuestras letras contemporáneas.

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